11/8/08

Agua y Cambio Climático I

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (CEDSC), afirmó en 2002 que, “El Derecho Humano al agua otorga a todos a contar con agua suficiente, a precio asequible, físicamente accesible, segura y de calidad aceptable para usos personales y domésticos”.

En base a esa premisa, nace el presente proyecto, puesto que, cuando observamos los datos de Perú, es evidente que no se cumplen los principios establecidos por dicho comité. Para ello, es necesario realizar una breve observación de la realidad peruana en la actualidad.

ESTADO DEL AGUA EN PERÚ:


Perú, un país donde el 87% de la población subsiste con el 1,7% de los recursos hídricos; “uno de los 17 países del mundo con mayor disponibilidad de agua continental, (que) actualmente se encuentra entre los 30 países que más sufren estrés hídrico y escasez de agua.” (Alegría, Julio, en Araujo, Hilda 2008:127; Castillo, Laureano 2008; Ohlsson 1999).

Las cifras son llamativas, ya que en Perú hay una gran cantidad de aguas continentales, con un total de 2,046,287 m3, o lo que es lo mismo, aproximadamente unos 77,534 m3 por habitante (Alegría, Julio 2008), aunque, como ya se ha mencionado en el párrafo anterior, la distribución es tan desigual, que estas cifras no significan nada, de la misma manera que las cifras de PIB/cápita no significan nada en un país con una desigualdad económica tan alta.
La Demanda de usos consuntivos representa un 1% del total de agua disponible en el Perú, pero esto no debe llevar a engaño, el país se encuentra en un grave estrés hídrico pese a lo que indican las cifras globales.

¿A qué se debe el estrés Hídrico entonces? Bueno, en primer lugar a que existe, como ya se ha comentado, una muy dispar distribución de la población en las zonas de acuerdo a los recursos hídricos, ubicándose la mayor parte de la población (87%) y las mayores ciudades (como Lima, cuya conurbación alcanza fácilmente los 10 millones de habitantes) en las zonas áridas o semiáridas, el 60% del total de estas personas en los ecosistemas desérticos de la franja costera la cual es estrecha y cuenta con ríos mayoritariamente estacionales, nieblas y pocos más recursos hídricos. Además, es en esta franja costera donde se ubican la mayoría de los cultivos del país (77% en 2001 según el MINAG), dentro de los cuales destacan como productos bandera algunos cultivos de gran demanda hídrica como son el Espárrago o la Alcachofa, lo cual ha llevado a través de una agricultura intensiva e insostenible al desgaste y contaminación de los acuíferos y otros reservorios hídricos como embalses y lagunas.

Existen, así mismo, otros usos que demandan gran cantidad de agua, que son agresivos y que además son altamente sensibles por sus consecuencias políticas, sociales y culturales; estamos refiriéndonos principalmente a la minería, una de las actividades más importantes del Perú, ubicada principalmente en la cordillera de los andes y en zonas de la vertiente del Océano Pacífico. Es importante destacar que el 55% de comunidades donde hay concesiones mineras están afectadas por conflictos. Y es necesario tener en cuenta que existen zonas como Cajamarca, donde el 82% de su territorio está concesionado a las mineras, o en Encañada también en Cajamarca, donde un asombroso 91% de su territorio, incluyendo zonas naturales protegidas y sus áreas de amortiguamiento están concesionadas a las mienras (Cooperacción; 2004)

Sin embargo, la principal causa de estrés hídrico es la “debilidad de la sociedad peruana para enfrentar el estrés hídrico, debido a la baja obernabilidad del agua” (Alegría, Julio en Araujo, Hilda 2008:131).

Pese a que en la legislación Peruana se establece que los usos preferenciales del agua son, por este orden: humano, ganadero, agrícola y otros después; existe en Perú al menos un 24% de población, principalmente en zonas rurales que no tienen acceso al 12.2% de los recursos hídricos destinados para uso poblacional (Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, 2006) y ni que decir tiene que un 43% no cuenta con saneamiento y sólo el 22% son tratadas de alguna manera, por lo que la mayoría de las aguas acaban siendo vertidas a canales de riego, ríos y consecuentemente a los cultivos, playas, ecosistemas y en general, aguas abajo.

Es muy claro el ejemplo de Huaral, donde la mayoría de las letrinas en la zona rural son “aéreas”, es decir, se encuentran sobre el canal de riego, con lo que es fácil observar toda clase de desperdicios en los canales de riego y fuentes de agua para consumo, a lo que hay que sumar los vertidos de industrias porcinas, avícolas, agrícolas y de áreas urbanas sin tratar de manera alguna. Hay que tener en cuenta que Huaral es una provincia de Lima eminentemente agrícola y que depende de la calidad del agua no sólo para su consumo y usos domésticos sino para el riego y la posibilidad de exportaciones, las cuales se ven en riesgo al tener aguas de escasa calidad y contar con tratados de libre comercio que tienen determinadas exigencias para ciertos productos sensibles como la fresa, por ejemplo.

El marco legal otorga la propiedad del agua al estado, estando prohibida la transferencia de los derechos del agua. Sin embargo, la Ley General del Agua (recientemente modificada) da lugar a ciertas confusiones y dificultades.

Las autoridades en materia de aguas son numerosas, lo que genera ciertos conflictos y dificultades en la gestión del recurso, ya que en materia de cantidades de agua, es el Ministerio de Agricultura el encargado, la calidad la vela el Ministerio de Salud a través de la DIGESA y SENASA y los Hospitales regionales. Sin embargo hay más autoridades que tienen algo que decir en la gestión del agua, como son las Autoridades Autónomas de Cuencas (que no siempre son iguales), las Juntas de Usuarios, el INRENA (Autoridad del Agua), siendo cada sector una Autoridad Ambiental (Del Castillo, Laureano; 2008).

El Ministerio del Ambiente ha sido creado recientemente, es institucionalmente débil y al poco de ser creado entró en conflicto con el Ministerio de Agricultura por la promulgación de la nueva Ley General del Agua, la cual otorga competencias al Ministerio de Agricultura y el Ministerio del Ambiente se dedica solamente a cuestiones relacionadas con la gestión de cuencas, pero no directamente relacionadas con el uso del agua y su distribución, otorgamiento de permisos y otros temas sensibles.

Es obvio el sesgo agrícola de la Ley General del Agua pese a sus recientes modificaciones y a la existencia de un Ministerio del Ambiente, a lo que se debe añadir una ignorancia absoluta de los derechos indígenas y sus formas tradicionales de gestión de los recursos, completamente ignorados o no reconocidos en la Ley. Además, en la Ley se mencionan pocos aspectos relacionados con la calidad y tratamiento de las aguas. (Alegría, Julio 2008)

Pero a pesar de todo, uno de los problemas más importantes con los que se va a enfrentar el Perú es la privatización del agua
. Sobre todo si tenemos en cuenta que son los más pobres los que más pagan por el agua, quienes no tienen acceso y deben comprar el agua a precios desorbitados a empresas embotelladoras o a distribuidores.

En el Perú han existido y existen graves conflictos relacionados con el uso del agua, como son: Majaz (Minera Monterrico, varios asesinatos, manifestaciones, oposición, concesiones estatales); Cañete (Mal aprovechamiento de recursos hídricos, manifestaciones); y otros que no resuenan tanto pero que están en la agenda actualmente como los casos de las zonas propuestas para el proyecto: Cajamarca (uso del agua por parte de las mineras), Huaral en Lima (robos de aguas, uso de agua por parte de mineras) y en general la escasez de servicios de agua y saneamiento y la contaminación de ríos y otros cuerpos de agua, común no sólo a estos casos sino a todo el Perú.

El Perú es un país muy centralista, aunque se encuentra al menos teóricamente en un proceso que se dirige hacia la descentralización. Los recursos hídricos no son la excepción en la necesidad de descentralizar la gestión de los recursos naturales (entre otros), por lo cual este proceso y la capacitación y fortalecimiento de todos los implicados es un reto importante que debe afrontar el país y los organismos que trabajan en el, organizaciones de base, ONGs, instituciones privadas, gubernamentales y otros, siendo necesario inculcar y adoptar el enfoque de cuencas (y Microcuencas). Esto debe ir acompañado de una fuerte componente de educación así como de gobernabilidad y de trabajo hacia una nueva Ley de Aguas con entidades de gestión adecuadas (Alegría, Julio; 2008)


CAMBIO CLIMÁTICO:


Según los estudios científicos, las zonas más afectadas por el cambio climático en el planeta son, las zonas circumpolares y las montañas tropicales, ya que estas sufrirán los mayores deshielos. Así mismo, otras de las zonas más vulnerables serán aquellas que se vean afectadas directamente por este deshielo y el cambio en los regímenes hídricos, lo que también afecta al clima. Por ello, Perú está considerado el tercer país más vulnerable al cambio climático después de Bangladesh y Honduras.

Perú posee una de las mayores extensiones de nieves tropicales, así como una gran diversidad de ecosistemas que dependen en gran medida de estas zonas y el régimen hídrico que sustentan: desiertos costeros, altiplano, montañas, selva tropical…

El impacto del cambio climático en el Perú es especialmente importante porque modificará los pisos ecológicos y los glaciares irán desapareciendo y con ello la fuente de agua del 87% de la población que vive en una costa desértica que en temporada de estiaje depende de los deshielos estacionales de los glaciares de alta montaña.

En Perú, el 98,3% de los recursos hídricos se encuentra en la vertiente Atlántica donde habita el 13% de la población y en la costa pacífica sólo se encuentran el 1,7% de los recursos hídricos, los cuales dependen en un 80% del hielo y nieves de la Cordillera de los Andes (Earls en Araujo; 2008).

Según Thomas Unger (El Comercio; 2008), los cambios del clima van a lograr que n poco tiempo, todo aquello que se considere estacionario deje de serlo, es decir, que las avenidas extraordinarias no sean extraordinarias, que el deshielo estacional no lo sea y que la disponibilidad de agua glaciar deje de serlo en las épocas en que lo era.


Ante esta afirmación cabe reflexionar a cerca de una situación que se vive hoy en día en varios lugares del Perú como es el caso de Huaral (Cuenca del Río Chancay-Huaral, Lima), donde los agricultores afirman que no sólo no escasean los recursos hídricos, sino que estos están en aumento, por lo tanto, no priorizan las medidas preventivas y las buenas prácticas. Esta falsa percepción se debe al hecho de que actualmente los nevados se están deshelando de manera constante a lo largo del año y no estacionalmente como lo hacían antes, por lo que las lagunas de acopio y los ríos se encuentran con caudales altos durante gran parte del año dando una sensación de abundancia que sólo terminará cuando los nevados hayan desaparecido por completo y por ello la disponibilidad de agua sea prácticamente nula. Entonces, además, será demasiado tarde para tomar ciertas medidas que podrían mitigar los efectos de dicho estrés hídrico, por no mencionar los desastres naturales que pueden tener lugar ya que al desaparecer los nevados y aumentar las temperaturas en las cuencas altas, nada amortiguará las fuertes precipitaciones estacionales y no sólo no se retendrán para otras épocas sino que escurrirán directamente hacia las zonas más bajas con toda su intensidad (Kaiser et al 2005, Pouyard et al s/f, Silva et al 2006).

Otro de los cambios importantes de la variación del clima afectará a los periodos de precipitaciones, el cambio de las corrientes marinas que propician las neblinas permanentes (fuente de agua de numerosos ecosistemas y cuencas hidrográficas) y otros fenómenos meteorológicos que en zonas de orografía tan compleja como el Perú, son fundamentales para el mantenimiento de las unidades ambientales que alberga.

El sector rural es el que más lo está sufriendo, ya que los cambios en los pisos ecológicos y en las estaciones, están afectando seriamente a los cultivos y hay que recordar que Perú es un país eminentemente agrícola y ganadero. Investigaciones reciente sugieren que las zonas con estrés geoclimático de la región andina y costera del Perú están sufriendo un aumento en la magnitud y frecuencia de eventualidades y fenómenos naturales más allá de la variabilidad natural (Angulo 2005,2006, Paz Cigarán y García 2006, Silva et al 2006, Pouyard et al s/f).

No hay que olvidar que ya han existido casos de conflictos entre agricultores, mineros y otros grupos por el control y uso de los recursos hídricos. En el caso de Huaral han existido procesos judiciales entre la Junta de Usuarios del Distrito de Riego Chancay-Huaral y empresas de servicios de Agua Potable de Lima por la extracción ilegal y clandestina de agua en lagunas gestionadas por la Junta para su venta en Lima.

El Perú es uno de los países más megadiversos del mundo, lo cual se debe principalmente a sus peculiaridades geográficas, donde se mezclan una orografía especialmente abrupta con unos climas peculiares, dando lugar a numerosos microclimas y en particular a mayores altitudes(Geiger 1959, Dolfuss 1991, Earls 1989, 2005).

Ni que decir tiene que es en Perú donde se origina el término El Niño para definir a la Oscilación Termica del Sur, ya que es aquí donde la corriente fría de Humboldt “toca tierra” y es responsable por el clima desértico en la costa, las intensas nieblas, inversiones térmicas, etc. El Niño (y su antónima La Niña) se sienten con especial intensidad en Perú y han sido históricamente eventos que han condicionado el desarrollo del país. Por supuesto, el cambio climático va a traer, y de hecho ya está trayendo, consigo una mayor frecuencia y mayor intensidad en el ENSO (El Niño Southern Oscillation) lo cual afecta directamente a los recursos hídricos, su disponibilidad, cantidad y calidad.

De acuerdo a John Earls (En Araujo, Gilda: 2008) y habiendo estudiado la literatura disponible en materia de cambio climático y cuencas, la incertidumbre que generará el cambio climático y las condiciones cada vez más aleatorias serán más difíciles de predecir cuando se trabaja a escalas aún mayores, por lo que es importante trabajar con un enfoque de cuencas, Microcuencas y fractales para adaptarse a las condiciones de la manera más local posible sin perder de vista la holística del cambio climático y la gestión de recursos hídricos.

El rol de la cooperación PROGRESSIO-CEPES:

Existen en el Perú numerosas agencias que vienen trabajando sobre la base de la sostenibilidad del uso de los recursos hídricos, particularmente frente al Cambio Climático y teniendo en cuenta las necesidades de las poblaciones más pobres en las zonas rurales, eminentemente agrícolas.

Sin embargo, dentro de todas estas organizaciones, PROGRESSIO ha trabajado con anterioridad con CEPES.
Esta ONG tiene una experiencia demostrada de décadas en el desarrollo rural y ambiental y está en la actualidad trabajando de forma permanente en la gestión de recursos hídricos y cuenta con expertos reconocidos, como es el caso de Laureano del Castillo, de quien se han tomado reperencias para el presente artículo.

La experiencia de trabajo entre ambas partes ha sido extensa y fructífera y las posibilidades de nuevos logros indudables.

Progressio tiene entre sus objetivos principales asegurar el acceso al agua, al igual que las ONG mencionada, y a través de una transferencia de conocimientos y la cooperación internacional es posible lograr alcanzar unas metas más ambiciosas que en un trabajo que no se realice en conjunto.

Así mismo, para PROGRESSIO es importante trabajar en temas sensibles con organizaciones locales fuertes, reconocidas y que hayan trabajado anteriormente en recursos hídricos, gestión territorial, agricultura ecológica, cambio climático y en cooperación y que cuenten con profesionales entre sus filas que complementen a los profesionales de PROGRESSIO, puesto que la labor debe ir más allá del proyecto en si y las experiencias deben servir como ejemplo que se pueda sistematizar y dar a conocer a través de medios escritos, prensa, radio o televisión en los países del Norte para sensibilizar a la población, a los gobiernos y demás actores en el marco de la cooperación norte-sur.

Nota: Fotos de http://www.gettyimages.com/ / 2008 (Diversas Fuentes)