20/4/09

22 de Abril, Día de la Tierra

Feliz día del Planeta Agua:

Como siempre, felicito este día haciendo referencia a la realidad de nuestro planeta, cubierto en un 71% aproximadamente por agua. A lo que debemos sumar que nuestra atmósfera está cargada de vapor de agua, hielo microscópico, gotas de agua y, para más, plantas, animales y nosotros mismos tenemos un contenido de agua que suele rondar entre el 60 y 98% en plantas y animales.

Imagínense, un 70% de todo lo que conocemos es agua. Incluso los suelos tienen agua, las rocas esconden grandes cuerpos de agua pura que tiene millones de años aislada y nos encontramos con agua en los sitios más insospechados.

Me acuerdo una vez cuando vivía en Paraguay y fui a ver las Cataratas de Iguazú… ¡Qué espectáculo tan impresionante! Y cuando volvía para Asunción, mi padre me dijo, como de la nada, mirando al horizonte, “y siguen cayendo”. Le pregunté a que se refería y me dijo, “Las cataratas”. Mi padre me quiso dar a entender que nosotros vivimos de momentos, observamos a la naturaleza en un instante para luego pasar de largo e ignorarla, pero, tal cantidad de agua seguía cayendo mientras iba en el auto, siguió cayendo en los 7 años desde que viví allá y sigue cayendo hoy en día como caía hace 10.000 años y como caerá en el futuro.

Pero, ¿caerá en el futuro?

La constante deforestación del Bosque Atlántico Interior, también conocido como Selva Paranaense, Bosque Misionero o Mata Atlántica, ha hecho desaparecer casi por completo los bosques más amenazados del mundo, que comparten Brasil, Paraguay y Argentina, que antiguamente se extendían por miles de kilómetros y hoy en día se han visto reducidos a áreas protegidas y parques urbanos como el Corcovado en Río de Janeiro. Hoy en día se pueden ver como lápidas los miles de tocones de árboles talados que se extienden por las praderas erosionadas plagadas de cabezas de ganado, o las artificialmente verdes extensiones de soja, para más transgénica, que ahora dominan el paisaje Guaraní.

¿Y esto que tiene que ver con las cataratas?, bueno, la desaparición de la cobertura forestal, asociada a la pérdida de suelos, la cual se produce asombrosamente rápido en biomas como este, lo que sumado a los cultivos altamente consuntivos y el aumento de la evapotranspiración potencial (cuanta agua se evapora al aire por el calor y la transpiración de las plantas) dan lugar a una disminución progresiva en la cantidad de agua que tiene el río Iguazú (que en Guaraní, Y Guazú significa literalmente agua grande, es decir, mucho agua), lo que puede dar lugar a episodios más seguidos de estiaje como cuando se cerraron compuertas en el río por los vertidos de petróleo en el 2002, o las sequías de hace unos años. Esto por supuesto altera los ecosistemas, a parte de afectar a la industria turística, a la generación hidroeléctrica en Itaipú Binacional (Hasta que se construyó la s tres gargantas en China, es la hidroeléctrica de mayor generación en el mundo, la más larga es Yacyretá, “cara de la luna” en Guaraní por lo ancho del río Paraná en ese tramo, también en Paraguay con 76Km lineales en la frontera con Argentina), bueno, para no liar algo simple, las poblaciones se verán afectadas más allá de lo que se puede ver a simple vista, recordemos que Sao Paulo, Río de Janeiro, Florianópolis y todo Paraguay (entre otras poblaciones) dependen de esta energía directamente, además de que gran parte del negocio de Puerto Iguazú y Foz de Iguazú depende de las Cataratas (Ciudad del Este aprovecha más el contrabando y el comercio que el turismo, desafortunadamente).

¿Marean tantas cosas? Pues es que así es el medioambiente, señoras y señores, cuando alteramos algo, por minúsculo que nos parezca (aunque no se que tan minúsculo es cargarse un bioma entero), las consecuencias llegan hasta el punto de que el río Paraná baja de nivel y esto afecta la generación hidroeléctrica y hasta el transporte fluvial que reporta importantísimos ingresos a las industrias paraguayas y platenses y que puede verse afectado por los estiajes. Es más, las playas de La Plata, o Punta del Este, pueden sufrir los efectos del cambio en el régimen hídrico y las corrientes del Río de la Plata lo que afecta mucho más allá de la fuente del problema y claro, las corrientes marinas ya “son otros cien pesos”, como dicen los hondureños.

Retomemos el comienzo de este texto. Somos agua, en un planeta de agua y necesitamos el agua. Sin embargo, si vemos los datos científicos que están disponibles en muchos sitios públicos como “Earth Trends” o “Arendal” (sólo por poner dos ejemplos), podemos darnos cuenta de que estamos en una situación pésima. Recordemos que s{olo el 3% del agua del mundo es dulce y de ese 3% un pequeño porcentaje está accesible, es decir, que aproximadamente el 0,008% del agua existente en el mundo está disponible en lagos y ríos. Y, ¡Vaya que sabemos tratar estos ríos y lagos! (en las aguas subterráneas prefiero ni entrar). Sólo en la India, un 70% de las Aguas están contaminadas; en Perú, más del 50% de los ríos están contaminados, de acuerdo al sitio web de “info región” (2009), muchos de ellos por residuos mineros; en Europa es difícil encontrar un río que no esté alterado, en España se cuentan 2 y la contaminación del 50% es superior a lo recomendado por la OMS y se encuentran contaminados con sustancias muy peligrosas como PCBs y otros tóxicos (Greenpeace, 2008); y para más, las fuentes de agua que tenemos como los nevados, están desapareciendo por el cambio climático y por nuestra bien ensayada estupidez, si no, busquen en Google Pascua Lama, Barrica u otros ejemplos de mineras que han destruido glaciares.

Bueno, no quiero hacer esto mucho más largo de lo que debería, aunque si tuviese el tiempo al que mi labor no me tiene acostumbrado, escribiría, probablemente mejor, con más citas y referencias y con un lenguaje tal vez más apropiado, pero a veces es necesario escribir de forma que las palabras se “escupan” directamente e improvisadamente en el papel a forma de ser tan directo como los niños, diciendo lo primero que se pasa por la cabeza.

Y para concluir, hablando de niños, me acuerdo de un cuento que me leyeron en la escuela en mi infancia en España. El cuento se titulaba “Asnos Estúpidos” (Asimov, Isaac, 1975), que lo acabo de “googlear” y desde luego, la memoria no me falla (http://www.bauleros.org/asnos_asimov.html ) y es que hay que decir que, con 9 años, me impactó sobremanera. En este cuento se menciona la inteligencia humana para desarrollar la energía termonuclear y cómo los humanos, gracias a eso pueden optar a entrar en una supuesta federación galáctica. Sin embargo, a la hora de analizar dónde realizan las pruebas termonucleares y descubrirse que los humanos somos los únicos capaces de hacer pruebas en nuestro propio planeta, el “jefazo galáctico” nos tacha de la lista de planetas “desarrollados” y nos tilda de “Asnos Estúpidos”.